viernes, 10 de diciembre de 2010

Pequeña

Que sea trasnocho físico no implica insomnio mental. Es ese recuerdo quien atormenta la relación de estas dos entidades, las cuales buscan enteramente llegar a un acuerdo, y así definir al fauno cristalizado de sus adentros.

Cuan frágil es la criatura respetuosa que manifiestan tus gritos. La niña no debe olvidar como aislar la crueldad externa de sí misma, porque es sureal su invento, pero también son posibles sus anhelos. Maravillada del ingenio ante el miedo, esta pequeña mueve sus piesas al son de una canción dispersa. Que baile tan prestigioso es el que sus piecesitos marcan, que emoción ver esa sonrisa producto de lo inexistente, ¿Inexistente? ¡Hey! Despierta, tus ojos están tan abiertos que me afirman tu sueño, mi princesa.

Al finalizar dicho espacio, los pasos de la niña siguen la ruta marcada por el atípico insecto. Que gracioso sería con alas doradas y una pizca de retorcida alegría en su vuelo. Ella lo persigue sin razón consciente, y manifiesta que solo le atrae la diminuta mirada apresurada que se dirige hacia el rosto enmarcado por orquideas. Un amiguito nuevo la invita a conocer el acto de magia, y su inocencia mezquina la impulsa, vendandole los ojos para así conseguir el suculento placer. Volviste a verme de esa manera.. Despierta querida, cierra tus ojos y despierta.

Ahora el horizonte se viste de colores naranjas con reflejos oscuros. La niña se da cuenta que su mente le escogió traje para la ocasión. Que tonos tan bonitos son los que su vestido trae, un poco de amarillo contrasta con el ácido sabor de sus lágrimas, que caen con la noche. Se siente pequeña y diminuta frente al cielo marcado con estrellas en cada pestañeo. ¿Que será lo que esconde la mano artística creadora de todo aquello, incluso de su inesperado sentimiento? Una interrogante lanzó en voz alta, con intenciones de que su amiguito volviese revoloteando para invitarla a descubrir las respuestas de su andar.

Y sólo escuchó dos palabras. Exactas y hermosas.

Te amo.

Los niños autistas no son capaces de ligarse con el mundo exterior. Lamento decirle que su hija no la escucha.

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