viernes, 14 de enero de 2011

Y.

Y hay mucho que decir,
mucho que escribir.
Poco de lo que hablar
e infinidades que sentir.
Eres fugaz,
pero no he dicho que volátil.
Es el andar, es el quizás.

Y asi quiero estar,
cerca de sus palabras
del movimiento facial.
¿Qué hay de un silencio?
Sólo existe en lo ajeno.
Mientras compartimos ese tornado,
que baila con música muda.

Y aquí estoy, anhelando tus adentros.
Por un instante diviso curvas
que facilitan mi cautiverio.
No es el miedo lo que defino,
soy yo quien vuela en menos cero.
Tal cual lo haría aquella mariposa negada a despegar.

Sus alas son púrpuras
tan brillantes combinadas con el reflejo de aquella loma.
Un impulso débil, y el sentir del viento la sigue invitando.
Tentación.
Finalmente se deja llevar.

Aterrizo, donde nadie deja de hablar.
Cuentan historias de como han ido de aquí pa' ya.
Mariposa cautivada,
escuchando sobre lugares donde no existe quien existirá.
No hay sonido que perturbe.
Ni intenciones que lastimen.
Sólo una dulce emoción, donde siempre hay algo que escavar.

Y se resecan los labios,
de tan puro destello.
Y se ensancha el alma,
por tan puro deseo.

Así estuve, así estaré.
Yo, quien tiene alas púrpuras.
Encantada con lo que tu ahora me sueles mostrar.

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